Mis
queridos y amados v/bloggers:
Como
consecuencia de vuestros numerosos mensajes en los que hacéis
latente la preocupación que os invade al no tener noticias mías, me
veo obligada a escribir esta entrada/carta.
Últimamente
mi reino no se encuentra en esos días de esplendor y alegría, días
en los que la fama de la Reina Cotilla crecía y crecía sin límites.
Debo decir que me atribuyo la culpa. Puede que mi actividad se viese
afectada por algunos cambios en mi vida.
Debo
confesar a mi pueblo que en un intento por volver a ver mi reino en
la cima, he tomado la dura e increíble decisión de aceptar que
gente de mi total confianza escriba en este blog. Blog que a partir
de unos días cambiara su imagen.
Esta
gran decisión se ha tomado después de contemplar como mi poder
decaía y al darme cuenta de que este gran reino de youtubers y
bloggers es demasiado grande para una sola persona.
Este
último mes lo he dedicado a crear una pequeña Corte: CORTE COTILLA.
Formada (por ahora) de dos personas y un conejo (…) de confianza
que me acompañaran habitualmente.
Empezando
desde el cargo más elevado, tenemos al Canciller o Jefe de Gobierno
El Señor X, un miembro importante del reino, el pilar, la conciencia
del reino. La persona que estaría al mando si mi puesto quedase
vacante.
En
el segundo lugar nos encontramos con mi querido y fiel bufón:
Rigoberto Gorrapluma. Uno de mis más fieles subordinados que gracias
a su humor y fidelidad ocupa el segundo puesto en la línea de
sucesión.
Y
por último pero no menos importante, la mascota real: El Conejo Blanco, un ser un tanto especial que desafortunadamente sufre
ataques de rabia. Mi relación con mi mascota nunca fue buena (no me
gustan los roedores) pero en el fondo el amor que siento hacia este
pequeño animal es increíble.
Durante el próximo mes harán presencia en el blog.
Como
podéis comprobar "todos" ellos disponen de una cuenta oficial en
Twitter.
Espero
que su presencia sea bien recibida.
En realidad no creo que sean bien
recibidos, es más, apostaría mi corona a que antes de la primera
semana tendrán más enemigos que amigos. Pero claro... somos haters,
es lo que tiene.
Me
despidos deseándoos suerte... Ahora somos cuatro. Un pequeño
ejercito cotilla.
Sé
que me queréis.
Besitos
de parte de vuestra troll.
La
Reina Cotilla.
¡No sufro ataques de rabia, asquerosa orejas cortas!Si su real trasero estuviese encerrado en una jaula que lleva sin limpiarse desde que el conejo de pascua encontró el último huevo, pienso yo que también terminaríais respirando como un bulldog con sobrepeso... ¿Qué os costaba aunque sea mandar al bufón petulante a limpiar semejante pocilga, bigotes? Todo sea dicho, yo no me hago responsable que no se os sea devuelto con un dedo o dos menos.
ResponderEliminarMi querido y amado Conejo Blanco:
EliminarUsted entre muchas otras cosas sufre ataques de rabia, que no lo quiera aceptar es un problema con el que lucho día a día.
Le vuelvo a decir que su jaula se limpiara, no sé cuando, pero pronto, Además, no esta tan sucia, solo un poco.... Y ¡NO! No le voy a mandar a mi fiel Bufón. Que por cierto, no tiene nada de petulante.
Coma su rica cena, descanse y puede que mañana lo saque a los jardines reales.
Besitos.
¿Qué cena? Mi real carcelera, le pido muy amablemente que deje usted los estupefacientes, que no le sientan muy bien. Mi cuenco está más vacío que el corazón del Canciller.Y vale, acepto que el Bufón no sea petulante, más bien irritante, insoportable, inaguantable y, sobre todo, jugosamente masticable. ¿Me deja pegarle un mordisquito? ¡Sólo un dedo, lo juro!
EliminarEstimada bestia de pelo cálido:
ResponderEliminarMe dirijo a usted con todos y cada uno de mis miembros en su sitio, para recordarle que todos tenemos un lugar en la corte.
El mío es hacer llegar a su majestad determinada información, que nadie mas tiene gónadas de comentar.
El suyo, pequeña rata, es simplemente entretener.
Mi presencia no está condicionada a vuestra alegria. Pero no olvideis que tal vez mi felicidad si esta condicionada por vuestra no-supervivencia.
Y mis labios siempre se sitúan cerca de los oidos de Su Majestad.
Echad cuentas.
El bufón, como buen bufón, sólo busca llamar la atención. Llego a la conclusión, orejas... ¿tienes orejas?. Realmente me importa un pompón de conejo degollado. Como iba diciendo, a la única conclusión que me haces llegar es que eres el pelota de la corte
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